20.9.11

Amigos - Vinicius de Moraes





Tengo amigos que no saben cuánto son mis amigos.
No perciben el amor que les profeso y la absoluta
necesidad que tengo de ellos.
La amistad es un sentimiento más noble que el amor, es que permite que el objeto de ella se divida en otros afectos, en cuanto el amor tiene intrínseco los celos, que no admite la rivalidad.
Y yo podría soportar, sin embargo no sin dolor, que hubiesen muerto todos mis amores, mas enloquecería si muriesen todos mis amigos!
Hasta aquellos que no perciben cuando son mis amigos y cuánto mi vida depende de sus existencias…
A algunos de ellos no los frecuento, me basta saber que ellos existen.
Esta mera condición me llena de coraje para seguir enfrente de la vida.
Mas, porque no los frecuento con asiduidad no les puedo decir cuánto gusto de ellos. Ellos no lo creerán.
Muchos de ellos están leyendo esta crónica y no saben que están incluidos en la sagrada relación de mis amigos.
Mas es delicioso que yo sepa y sienta que los adoro, aunque no se los diga y no los frecuente.
Y las veces, cuando los frecuento, noto que ellos no tienen
noción de cómo me son necesarios, de cómo son indispensables a mi
equilibrio vital, porque ellos hacen parte del mundo que yo, trémulamente,
construí y se tornaron en fundadores de mi encanto por la vida.
Si uno de ellos muriera, yo quedaría torcido para un lado.
Si todos ellos murieran, yo me desmoronaría.
Es por eso que, sin que ellos sepan, yo rezo por su vida.
Y me avergüenzo, porque esa súplica está, en síntesis, dirigida a mi bienestar.
Ella es, tal vez, fruto de mi egoísmo.
A veces, me sumerjo en pensamientos sobre alguno de ellos.
Cuando viajo y estoy delante de lugares maravillosos,
me cae alguna lágrima porque no están junto a mí, compartiendo aquel placer…
Si alguna cosa me consume y me envejece es que la rueda furiosa de la vida no me permite tener siempre a mi lado, habitando conmigo, andando conmigo, hablando conmigo, viviendo conmigo, a todos mis amigos, y, principalmente los que solo desconfían o tal vez nunca van a saber
que son mis amigos!
La gente  no hace amigos, los reconoce.



Vinicius de Moraes (Rio de Janeiro - Brasil 1913)

5 comentarios:

Carmela dijo...

Un amigo verdadero, es el mayor tesoro que podemos tener.
Y si la persona amada es además nuestra amiga tendremos doble tesoro.
Un beso

EG dijo...

Mi papá decía que le sobraban los dedos de una mano para reconocer al final de su cammino quiénes habían sido amigos, pero también decía que fueron IMPECABLES y que los volvería a elegir. Un abrazo Isza, qué bien que escribe Vinicius.

Isabel dijo...

Los amigos son angeles... seguro me pasa como a tu papa que los cuento con los dedos de una mano, pero los volveria a elegir para compartir mi vida con ellos..

EG dijo...

No me olvidé de lo que te prometí Isza! Tengo la imagen, pero me falta la poesía! No dejes de confiar en mí!!! =))))

Isabel dijo...

Heeyy! yo tampoco me olvide! lo estoy esperando!!! =)

Besos!