Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
Julio Cortazar (Bruselas - Bélgica 1914)
2 comentarios:
Ahahaha! "después de la fiesta"...sí como extraño ese brazo que abraza y de repente se siente estar a salvo de todos los males del mundo, el mundo lejos...que divino lo expresa Cortázar. Gracias por compartirlo. XOXO
Todos los poemas de Julio C. son una M A R A V I L L A ... éste es un dolor en el alma
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