28.11.11

En otro orden de cosas, tú - Rosario Troncoso



Admito que mi cura es tu cuerpo.
Es empíricamente demostrable.
TÚ en altas dosis, intravenoso
amor líquido. TÚ bajo mi lengua.

Y tus manos, aún vistas desde lejos
provocan mil seísmos despiadados
de telúrica convulsión ansiosa
que reabren sangrantes y viejas fisuras.

Afirmo que el remedio es acecharte,
esperarte, con el miedo desnudo,
y ser yo quien de ti brote al lamer
el musgo bajo el hueco de tu sombra.

Y es la anatomía de tu existencia
el antídoto al desvalimiento crónico
que mantiene cosida mi cintura
al más cruel y mortal aburrimiento.



Rosario Troncoso ( Cádiz - España 1978)

4 comentarios:

Darío dijo...

Siempre el cuerpo del otro es nuestra cura, aunque a veces, coyuntural...

Isra dijo...

Pur(t)a pasión!

Isabel dijo...

Jaja! buenisimo Isra! XD

guille dijo...

Hay cuerpos que curan.

El mio no suele ser usado con esa función.